
Tenía que llegar Antoine, y llegó.
¿Quién llegó? :
El vino tinto de Burdeos. Este fin de semana le hemos metido mano a una botella de Château Carteau- Côtes Daugay año 2004.
Lo hemos maridado con unos pintxos de setas plancha, taquitos de sangre de cordero sobre base de pimientos de Noja asados.
La experiencia ha sido interesante, compleja, difícil en su inicio pues este vino nos desconcertó un poco. La primera copa nos decepcionó, pero poco a poco el vino fue evolucionando hacia notas más frutales y redondas.
En nariz: se muestra complejo con gran multitud de matices que no puedo precisar, todas ellas agradables.
En boca: es fresco, equilibrado y largo con un punto de acidez que hace seguir bebiendo.
Color : el esperado. Yo diría que es un vino rojo oscuro.
Su efecto sobre el organismo es tonificante: genera un estado de relajación muy agradable... para nada es pesado.
Hoy lo hemos enfrentado a un chuletón de novilla de 400g. El resultado ha sido el esperado.
Bueno Antoine, aunque hoy tengo un día bastante negro, como puedes ver ahogo mis decepciones entre un buen vino francés y los lomos de una novilla cántabra.
Mañana más, pero no mejor...